domingo, enero 22, 2006

Estuve ahí...


El 22 de enero de 2006, la cámara no pudo controlarse, se dispararon luces como gritos bajo un mismo techo, las paredes se ensancharon para recibirnos, a todos, a los más lejanos y a los locales, a los curiosos y a los universales.

Los zapatos se movilizaban entre botas de minero, abarcas, y hasta sandalias del oriente. Los ojos penetraban desde cada ventana, desde cada pasillo, o subidos a los hombros desde cada padre...

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